Para un país como el nuestro con una gran actividad pesquera, el conocimiento de la dinámica de los productores primarios es vital para desarrollar modelos predictivos de pesquerías.
El plancton se divide en dos tipos:
Fitoplancton (plancton vegetal) es el más numeroso y en parte responsable de la transparencia y color verdoso del mar dependiendo de su concentración en la zona, así como de su olor característico.
Zooplancton (plancton animal) el cuál se alimenta del plancton vegetal (fitoplancton). (Larvas, medusas).
Las medusas, parecen animales primitivos mucho menos eficientes que los peces planctófagos, con los que compiten por su alimento, “el plancton”. Su fragilidad es engañosa, las medusas han logrado sobrevivir desde que aparecieron hace cientos de millones de años a pesar de su anatomía primitiva. Lo han conseguido gracias a un enorme aumento del tamaño de su cuerpo, compuesto esencialmente de agua.
Los científicos advierten de que si seguimos explotando los recursos pesqueros sin control y contaminando las aguas, podemos condenar los mares a una «invasión gelatinosa», como ya ocurre en algunas zonas costeras del Mediterráneo. «Las medusas son muy primitivas y dependen de un sistema de caza muy poco eficaz». Este sistema consiste en el contacto directo entre el cuerpo de la medusa y su víctima, por lo general pequeños crustáceos planctónicos que flotan entre las aguas, así que, básicamente, están condenadas a columpiarse a su suerte y esperar que algo les roce. La sorpresa es que, a pesar de ser tan primitivas, las medusas tienen una capacidad de depredación comparable a la de los peces que nadan activamente en busca de peces.
Volviendo al fitoplancton:
El fitoplancton son unas algas unicelulares de un tamaño que puede oscilar entre 0,05 mm y 1 mm, resultando invisibles en todo caso al ojo humano sin la ayuda de un microscopio. Teniendo en cuenta su tamaño sorprende mucho más los datos del peso y espacio que ocupan en todo el planeta.
El 70% de la superficie del planeta es agua y ¾ del agua es plancton y para hacernos una idea, su capacidad de reproducción es tal que si los descendientes de una sola diatomea no murieran, en una sola semana llegarían a formar una esfera de igual volumen al de la tierra, con un peso total de 6000 trillones de toneladas.
El fitoplancton, es el primer eslabón de la gran cadena alimenticia del mundo acuático y por ello está considerado de alto valor ecológico. Estas plantas unicelulares son la base de todas las demás formas de vida en el planeta tierra. Muchas criaturas marinas dependen de esta planta microscópica para sobrevivir, constituyendo su alimento básico, nutriendo tanto a los organismos más pequeños que forman el zooplancton, como a los grandes mamíferos (ballenas) a las aves acuáticas y a la mayoría de los peces.
Científicos de la NASA tienen la teoría de que hace 3.500 millones de años el mundo cambió para siempre. La aparición de pequeños organismos con la habilidad de convertir la luz del sol, calor, agua y minerales en proteínas, carbohidratos, vitaminas y aminoácidos marcó el inicio de la vida.
Por ello, su pérdida pone en peligro la cadena alimentaria de los océanos, según los expertos, la culpa de esta pérdida la tiene el cambio climático.
¿Y, cómo le afecta el calentamiento global? El fitoplancton necesita luz y alimento para crecer, pero cuanto más aumente la temperatura de las aguas, más se “estratifican”, lo que reduce la cantidad de alimentos que llegan hasta la superficie.
La función del fitoplancton es similar a la de los árboles y la hierba en la tierra, ya que produce más de la mitad del oxígeno que respiramos y reduce el gas carbónico.
El fitoplancton produce energía a través de la fotosíntesis, así, convierten la luz solar y la energía inorgánica, en energía ecológica y al hacer esto, alimentan a todas sus criaturas, es el combustible del ecosistema marino.
Mucho más si tenemos en cuenta que son los principales consumidores de Dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, descontaminando así nuestro aire y combatiendo contra el efecto invernadero. Sin este sumidero constante por el cual desaparece CO2 nos hallaríamos ante un gran problema.
De ellas depende nada más y nada menos que el 70% del oxigeno presente en la atmósfera, sin el cual la vida sería muy distinta a como lo conocemos. Para empezar, nosotros mismos no habríamos llegado a existir sin la labor de estas algas diminutas y nuestra supervivencia correría serio peligro si descendieran en número.
El plancton y otros organismos marinos utilizan el CO2 disuelto en el agua o procedente de los alimentos para formar sus esqueletos y conchas a base del calcio mineral.
Los cuerpos descompuestos del plancton al morir, acaban sedimentándose en el lecho marino, estos restos de organismos contienen carbono e hidrógeno y son depositados masivamente, junto a los materiales orgánicos transportados previamente y simultáneamente por los ríos y arroyos. Mientras tanto, los descompuestos del plancton y los materiales orgánicos son enterrados por arcillas, previniendo la total descomposición del material orgánico y permitiendo su acumulación, formando las bolsas de petróleo que tanto necesitamos y que tan valiosos les hace incluso después de morir. Así pues, la próxima vez que utilicéis algún artilugio de plástico, envolváis vuestro bocadillo o llenéis el depósito de gasolina de vuestro coche, pensad en que os estaréis beneficiando de unos vegetales que vivieron hace miles de años.
Es escasísimo el número de restaurantes que aprovechan las cualidades nutritivas del plancton y la gran mayoría lo desconoce o no lo considera, esta gran fuente de grasas y proteínas, a pesar del pequeño tamaño de estos organismos unicelulares que dificulta el establecimiento de modalidades de producción y manipulación a gran escala por el gran volumen de agua que hay que separar.
El plancton, aunque muy nutritivo, no es sabroso por su sabor para el paladar de nuestra gastronomía. En este aspecto, es muy importante el tratamiento y presentación que el cocinero haga de él, como aderezo o base principal en sus platos de cocina marinera.
El precoz y experimentado cocinero Ángel León, ha llegado a crear un huerto marino con las condiciones necesarias para cultivar y desarrollar el plancton hasta obtener una pasta de fitoplancton de textura pastosa. Sus ingeniosas propuestas y sorprendentes platos, fruto de su trabajo e investigación, constituyen una excelente guía para la divulgación y posterior utilización del plancton como alimento.











Nunca me imaginé, que fuera tan importante el placton, y toda la vida que nos da el mar, a través de tus esplicaciones en la página.
ResponderEliminar